Gisela es una niña seducida por su entorno. En el desecho hediondo ella ve el abono para que sus flores crezcan más bellas. De los zopilotes que andan entre la carroña ella admira su forma de volar. Se expone a los acontecimientos y a otras gentes en una busqueda incierta que llega a traicionar su propia naturaleza. En su necesidad de experimentar, no se da cuenta de que la propia transformación no sucede por la exposicion al otro, sino que luego de muchas exposiciones, un día, uno se transforma como resultado de uno mismo y no de los demás.
jueves, 17 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario